sábado, 5 de abril de 2014

La moderna pecera humana

La causa de muerte más común entre los peces de acuario, o peces domésticos, es el empacho, la sobre-alimentación. Esto se debe a que los peces tienen el instinto de come sea cuando sea, ya que en su hábitat natural su alimento no es muy abundante, y además existe una eterna competencia por alimentarse, lo que hace más difícil sobrevivir. Por esto los peces comen todo lo que esté a su alcance y, por supuesto, esté dentro de su dieta, y se pueden empachar muy fácilmente si se les echa la comida de más en la pecera, porque no tienen un regulador; ellos piensan "Come ahora que puedes que después puede no quedar nada".

Afortunadamente, en este aspecto el ser humano está mejor preparado que los peces anteriormente mencionados. Pero tenemos un problema similar, y hablo en primera persona porque yo también soy bastante humano: la necesidad de comunicación.
Es algo sabido que el ser humano necesita hacer uso del habla o de cualquier otro medio de transmisión de información. Con la llegada de nuevos medios para comunicarlos, ya pueden ser los teléfonos móviles o Internet, tenemos mayor comodidad para ello. Dada a esta comodidad hemos desarrollado una especie de necesidad, o adicción, a mantenernos continuamente en contacto con otro humano. Nos hemos convertido en peces dorados, pero por lo menos nuestro defecto no nos mata. Aunque pensándolo mejor sí: se dan numerosos accidentes de tráfico debido a que el conductor o conductora del coche atendía al móvil en vez de prestar atención a la carretera. En todo caso, nos hace perder tiempo con banalidades innecesarias e incluso a veces molestas, y en cierta medida esto sí que se puede entender como pérdida de vida, o muerte.
Por esta razón, os ruego no dependáis del móvil ni le deis excesivo uso, ya que no es perjudicial solo para el resto, sino para vosotros también. Además, yo, al menos, no quiero un mundo en que al viajar en el metro, por ejemplo, me sobrecoja porque hay alguien en mi vagón sin utilizar aparato electrónico alguno. ¡Vivid el presente, el aquí y lo real!

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